“Reclutamiento
simbólico”
Un par de
semanas atrás, en consulta con un niño de 7 años, escuche lo siguiente… “No les
podemos perdonar, ellos robaron y secuestraron…hay que matarlos a todos”. El
relato hace parte de un juego espontaneo en mi trabajo como terapeuta infantil
pero también es una referencia muy directa a lo que el alma colectiva está
tratando de digerir en estos días.
El asunto
nos cuestiona, digo, a propósito del conflicto armado en Colombia y de la
percepción que los niños tienen del conflicto sin haber hecho parte directa de
éste.
Personalmente, me confronta ver las consecuencias negativas de las posturas ideológicas de los adultos sobre las nuevas generaciones. Estoy sintiendo a mi alrededor una fuerza colectiva que se empeña en anclarse al pasado a partir del resentimiento y el rencor, lo veo en personas que adoptan constantemente la posición de victimas perpetuas que no se atreven a tomar el liderazgo de sus propias vidas y se empeñan en señalar al otro como culpable de sus males sin reconocerse como parte fundamental del asunto.
Tras más de medio siglo de conflicto armado en Colombia
tenemos que admitir la desgraciada realidad… 18.000 posibles casos de reclutamiento
infantil señalados por Natalia Springer,
“100.000 menores vinculados a sectores de la economía ilegal que
dependen directamente de la guerrilla y las bandas narcotraficantes con un
pasado paramilitar” según informo la
revista semana S... lastimosamente tenemos muchas cifras
que señalan a los niños y niñas de Colombia inmersos en el conflicto (político-económico) que heredamos
de nuestros Abuelos. Y las cifras
son frías, en el sentido en que aparecen despojadas de toda experiencia, lo que
puede implicar que no se generen los aprendizajes necesarios para remediar
dicha situación.
Cotidianamente
he sentido que a los colombianos nos cuesta imaginar un territorio en paz, al
menos en los límites internos de nuestras fronteras. He escucho en mi consulta que para conocer la paz hay que salir de las fronteras de nuestro territorio, del cuerpo propio, de la familia, del país y de las imágenes ancestrales que contienen nuestra identidad. Esto tiene mucho de fantasía puesto que el conflicto interno, no permite vivir una paz externalizada que sea autentica, en otras palabras, " a donde vayas cargaras tus conflictos".
A mí me preocupa el futuro y el patrimonio más importante que tenemos para este, el capital humano "-la infancia-". Y tengo claro que no soy el único que se pre-ocupa por y del futuro, de la infancia y lo que estamos construyendo en ella.
En psicología tenemos el concepto de disociación para nombrar el fenómeno psíquico en que una persona no reconoce conscientemente aspectos de su experiencia, su memoria y/o su realidad.... lo que yo puedo creer es que dicho fenómeno tiene su homologo en nuestra cultura, en gran medida es para afrontar dicho fenómeno en el alma (psique) individual que realizamos un proceso terapéutico, tradicionalmente mediante estrategias similares al dialogo socrático, y para buscar estrategias que nos permitan minimizarlo en la cultura generamos espacios también de interlocución entre contradictores políticos - construimos - generamos cohesión e integración.
La situación actual de nuestro país, en proceso de transición de guerra a postconflicto, esta generando en la mente de los niños una huella de memoria importante. Y creo, lastimosamente, que no estamos siendo conscientes de la profundidad que alcanza la situación.
Hace unas horas en el parque, con mis hijos y mi perro, jugando con arena, rodeado de niños... escuchaba los discursos políticos de los adultos que tomaban una u otra postura frente al las votaciones del plebiscito que le dará o quitara validez al “Acuerdo
Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz duradera
en Colombia” – un documento político que simboliza la firma de acuerdos para
intentar re direccionar nuestro país con algunos de los contradictores más
violentos del gobierno y del estado colombiano (representado en las tres ramas
de poder que “se supone” elegimos conscientemente los colombianos).
Allí, sentado con los niños, me preguntaba "que pensaran los mas pequeños de toda esta parafernalia?". a mi me daba la impresión de que "no saben muy bien de que están hablando", y de que "cada uno habla de su propio conflicto interior". Escuche frases como: " a mi padre lo secuestraron" "que importa otra rata en el congreso?", "nos van a volver como a cuba"... En fin... salvo mi esposa no vi a nadie explicando a los niños que era lo que estaba pasando, pero recordé las palabras de mi paciente en consulta que con 7 años asegura que "uno no le puede perdonar a nadie" que "pedir perdón es para débiles" y que "aceptar una disculpa es mostrar fragilidad".
Nadie lleva las cifras de los niños y niñas que reclutamos simbólicamente para la guerra, a los que les enseñamos que "perdonar es malo"...
¿Que demonios estamos haciendo?, mejor dicho ¿a que estamos jugando?
Hace 100 años descubrimos que el juego permite identificar los movimientos que se generan en psique de las personas, los grupos y las sociedades. Johan Huizinga descubrió y sustento el juego como un elemento consustancial de la cultura que nos permite identificar el desarrollo de las personas, las familias, y las sociedades...de allí mi pregunta, porque es particularmente llamativo el juego que hace énfasis en el conflicto en que se muestra de forma clara y sistemática la división de la psique.
Los "juegos de guerra" suelen ir acompañados de relatos en los que dos fuerzas chocan por motivos relacionados con la supervivencia o la hegemonía del poder político y el dominio total del mundo ( en mi terapia "el cajón de arena" que es el mundo). Lo que he podido aprender es que "el niño" (también el adulto) metaforiza en las fuerzas en conflicto dos aspectos de su psique que le resultan inconciliables (identidad de genero tradicional versus emociones homosexuales, amor y crueldad enfocadas en la misma persona, etc) y en el juego como metáfora le es mas fácil representar la situación que experimenta.
lo que me deja dos preguntas mas...
¿Que demonios estamos pensando? y ¿Cómo imaginamos el futuro?
Que me expliquen por favor....
psicodavidg@gmail.com
corodinacion@fg-it.com
Los "juegos de guerra" suelen ir acompañados de relatos en los que dos fuerzas chocan por motivos relacionados con la supervivencia o la hegemonía del poder político y el dominio total del mundo ( en mi terapia "el cajón de arena" que es el mundo). Lo que he podido aprender es que "el niño" (también el adulto) metaforiza en las fuerzas en conflicto dos aspectos de su psique que le resultan inconciliables (identidad de genero tradicional versus emociones homosexuales, amor y crueldad enfocadas en la misma persona, etc) y en el juego como metáfora le es mas fácil representar la situación que experimenta.
lo que me deja dos preguntas mas...
¿Que demonios estamos pensando? y ¿Cómo imaginamos el futuro?
Que me expliquen por favor....
psicodavidg@gmail.com
corodinacion@fg-it.com
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