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lunes, 26 de abril de 2021

Hillman y las bellotas.

Hillman propone, en la teoría de la bellota, que cada individuo contiene ya un potencial de posibilidades únicas, usando como alegoría el modo que una bellota contiene el patrón de un roble. Cuestiona la exclusividad de argumentos centrados en la herencia genética o comportamental y propone re leer el mito platino de Er en una apuesta por centrar la mirada en “lo Daimonico” desde el trabajo psicoterapéutico.


Con ello, cuestiona la idea de que somos un subproducto de la pantomima familiar, eterno drama de los divanes, Hillman propone la necesidad de canalizar nuestra creatividad, orientándola al encuentro con nuestra naturaleza esencial. Atender así al llamado del alma involucra un movimiento fundamental hacia la imagen que implica un “cambio de actitud”.  Éste cambio de actitud inicia en el reconocimiento de una posición inconsciente que gobierna nuestra vida cotidiana y condiciona nuestra mirada.

De acuerdo a Hillman, ignorar el llamado o la voz de la interioridad ha orientado el mundo a la mediocridad, en medio de una oleada de normalización desalmada y construcción de categorías psicopatológicas que han permitido justificar esa tendencia a estandarizar el mundo a la medida de algún régimen pseudointelectual. Finalmente, nuestra psique opera tras los discursos que naturalizamos dando poder a esas cosas que ya no cuestionamos, dejándolas inconscientes.

Nuestro trabajo como terapeutas es quizá el de custodios de bellotas, el acercamiento y atención a esa imagen que habita la vida de cada uno de nuestros pacientes, dicha imagen está orientando su vocación. cuestionando las cosas que hace o deja de hacer y eligiendo personajes de referencia para admirar… ésta imagen florece y se actualiza cuando alguien está siendo realmente lo mejor que puede llegar a ser.

Les comparto una imagen… Junto a la bellota de la imagen hay un árbol de cobre y semillas, creado por alguna de mis pacientes en medio de las conversaciones de los viernes en mi consulta. El tejido surge a raíz de la invitación a trabajar una imagen, “el árbol de la vida”.

En medio de la construcción de un juego de arena dice “no me gusta ninguno de los árboles que tienes aquí David” (en las repisas de la caja de arena).

Recuerdo que le respondí algo así como “no te tienen que gustar” …. “puedo ayudarte a crear uno que esté acorde a tu imaginación, a tu naturaleza.” Ella estaba hablando de un juguete, pero yo estaba hablando, además, de un símbolo (esta es una de las características fundamentales de la psicología del arquetipo)

El trabajo de acercamiento a la imagen, su amplificación, el tejido de palabras y materiales duro algunas semanas, se crearon varios árboles usando diversos materiales. Ese camino le permitió re-orientar su trabajo, encontrar nueva pasión en su oficio y asumirse en el flujo de su propio deseo (que no fue fácil y no sé cuánto duro). El árbol de la foto lo dejó para incorporarlo en las repisas con otros juguetes de mi sandplay. Los niños llaman juguetes a éstas creaturas, que han sido testigo de cientos de historias en estos años de psicoterapia.

Las estrategias que usamos en arte terapia pueden facilitarnos mucho la elaboración de metáforas, debo confesar que he extrañado mucho el taller de arte y la fertilidad del trabajo manual, pero en este año he desarrollado muchas técnicas y estrategias con las que me siento muy a gusto, puesto que me han permitido asumir el reto de nuestra realidad actual.