Hay dos claves que clarifican mi trabajo actual: Arteterapia y psicología profunda,
Me sorprende mirar atrás y ver el camino transitado en estas dos últimas décadas. Como rastros en la arena recuerdo a ese joven psicólogo exploraba la psicoterapia y buscando un horizonte, que convocaba amigos para estudiar algún texto o debatir frente a alguna corriente especifica de la psicología.
Lo que más me sorprende es mi propio viaje interior. En cada nueva etapa, cada desafío existencial ha implicado el reconocimiento de fenómenos y formas en que la psique despliega sus nuevas potencialidades. Y allí he estado como testigo vivo de todo ese proceso. El arte ha marcado un camino que sin darme cuenta fue generando la brújula fundamental para organizar toda ésta experiencia.
Ahora mismo puedo
concebir la psicoterapia como un proceso de acompañamiento en que está
implicada la pregunta fundamental por la gran obra. Creo que los estudios sobre
la alquimia han sido fundamentales en la comprensión de dicho camino.
Quiero seguir
compartiendo todo eso. Seguir viendo la maravilla en la forma en que la
conciencia de cada individuo asume los desafíos que aparecen en su vida cotidiana.
Me gusta ver eso como una forma particular de “asumir el fenómeno” e ir
descubriendo la imagen gestada por la psique profunda (aunque con mucha
frecuencia, la consciencia llega tarde y solo logra comprender una imagen que
ya está sublada (superada e incorporada).
Comúnmente nos
cuesta trabajo asumir una postura franca y sensata frente a los fenómenos que
se imponen a nuestra consciencia. Hay pensamientos, emociones y vivencias
particulares que se imponen con una dificultad aparentemente mayor que al resto
de las personas. Esas son las experiencias fundamentales que nos corresponde elaborar
a desde la consciencia individual.
Como arteterapeuta,
creo fundamental orientar ese trabajo desde las potencias en desarrollo del espíritu
creativo, individual y colectivo.
Ha sido necesario
explorar en paralelo las formas individuales y colectivas del trabajo
arteterapeutico, pues brindan diversas fortalezas en relación al trabajo
personal. Ambas formar son igualmente importantes en el proceso de autoexploración
y afianzamiento de factores psíquicos asociados al buen vivir y a la comprensión
de los factores psíquicos que aparecen en la vivencia personal.
El camino le
pertenece a cada criatura y no hay un solo mapa general que podamos seguir en
el camino a la interioridad. Hay propuestas, hay opciones para el despliegue,
florecimiento, incubación, germinación del proceso.
Se es en el
camino, pues la consciencia se configura en el reconocimiento de la propia
vivencia.
Como terapeuta no
espero obtener efectos mágicos en un taller o en una sola sesión terapéutica, aunque
a veces los efectos son realmente sorprendentes. Cada pincelada, cada palabra y
cada párrafo van sumando pasos al camino.
El resultado es una vida evitando el afán, los riesgos de la mediocridad y superficialidad que se venden a la carta. Aunque debo reconocer que pueden ser buenas herramientas para despertar un espíritu creativo.
A veces me
cuesta, pero creo que es fundamental establecer un plan de trabajo que oriente
la consciencia en una dirección particular, claro que a veces hay que salirse
del camino y divagar un poco para explorar caminos intransitados.
Escríbeme, y
miramos el mapa del proceso, establezcamos metas claras en el trabajo terapéutico
y asumamos con dignidad el camino que habremos de emprender.
Crucemos agendas
y dispongamos cada elemento necesario para el viaje.
Contáctame en https://wa.me/+573003751718
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