Cada mañana entran al salón expectantes,
son embajadores de sus familias en un espacio que configura su realidad, la
escuela. Están allí para aprender a relacionarse, crear, jugar, transformar y empezar a construir
la sociedad del mañana. Al menos eso nos gustaría pensar.
La indiferencia del adulto ante
la realidad del niño en sus ambientes cotidianos, casa - escuela, llega a ser
alarmante, hoy sabemos que la negligencia afecta el desarrollo positivo y
genera situaciones como: baja autoestima, dificultades para la expresión de
emociones y sentimientos, problemas del lenguaje, estrés infantil, riesgo de acoso escolar, riesgo de abuso
sexual, agresividad, bajo rendimiento
escolar, problemas de aprendizaje e incluso se relaciona con problemas asociados a la falta de atención e hiperactividad (pues
genera síntomas similares).
La causa central de la
negligencia en la crianza es el adultocentrismo, entendido este como la presencia
una hegemonía en que las personas adultas ostentan el poder generando
relaciones sociales asimétricas que desvirtúan la vivencia interna del niño presionándolo
para adaptarse a los requerimientos del mundo adulto.
Desde la perspectiva del niño, no
hay lógica en el desarrollo de las sociedades contemporáneas, con sus afanes confusos
(Urbanismo, Procesos industriales, progreso tecnológico, auge de las redes
Sociales, entre otras cosas). Sin embargo,
estos fenómenos configuran la realidad en que el niño está inmerso y moldean
tanto su conducta como su forma de pensar y sentir.
Los adultos como punto de
referencia para el niño y la escuela como representación cotidiana del estado introducen
al niño en una doble vivencia, una interna y otra externa. Queriendo jugar pero
teniendo que hacer la tarea, identificándose con sus padres pero asimilando el
hecho de que éstos deben trabajar y no pueden disponer tiempo suficiente para
jugar con ellos. Así el infante siente atacada su personalidad emergente en la
que vincula el sentimiento de libertad y autenticidad del ser, además condiciona su posibilidad de expresión con
exigencias adaptativas y aconductuamiento. Ello genera en la vivencia infantil
un contraste que implica “ser” y “no ser” pero que el niño no cuenta con los
recursos (dispositivos) para comprender suficientemente.
El descubrimiento consciente y
responsable del mundo debe trascender a las lógicas del materialismo y egocentrismo
presentes en el espíritu de nuestra época. Para ello tenemos que validar la experiencia
del niño en la sociedad y facilitar la construcción de dispositivos que permitan
a cada niño saberse sujeto activo y transformador de realidades.
Personalmente, me gusta pensar
que cuando trabajo con niños estoy combatiendo el adultocentrismo. El mundo de
un niño es emocionante, su realidad está marcada de un heroísmo cotidiano en
una tendencia psicodramatica autentica y natural. Al menos para mí, es muy
gratificante participar de una experiencia única con cada niño o niña que
llegan a mi consulta. Es allí que surge
una imagen nueva del niño, no solo como receptor de influencias culturales sino
como sujeto activo y trasformador.
En psicoterapia infantil
utilizamos diferentes técnicas y procedimientos que permiten la expresión autentica
del niño para generar bienestar emocional y social, tanto al niño como a sus
familias. Una de las herramientas que yo más utilizo es la caja de arena porque facilita la expresión de emociones y
sentimientos para identificar los aspectos conflictivos en la vida del niño.
Si bien la terapia infantil está dirigida a los niños,
es muy importante la participación de todos los miembros de la familia, esencialmente
para que se refuerce y afiance lo
positivo a la vez se hacen responsables de sus acciones mientras avanza el proceso
psicoterapéutico.
Los padres se sorprenden en las
primeras sesiones de terapia al reconocer la influencia directa de las técnicas
no verbales, puesto que en el precario desarrollo del lenguaje los niños no
cuentan con las suficientes habilidades para nombrar su experiencia, para ello
se utilizan técnicas que permiten la expresión de forma lúdica y dramática.
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Gracias por sus preguntas, mensajes y correos.
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