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domingo, 10 de junio de 2018

¿Qué relación hay entre la depresión y la creatividad?


Popularmente se ha llegado a creer que la depresión tiene que ver con “una vida difícil” o que es resultado de frustraciones acumuladas frente al fracaso de desarrollar un proyecto de vida capitalista. Empero, la psicología ha demostrado que esto es falso.

Mana -  Moi Dix Mois

En mi experiencia clínica con personas deprimidas he podido identificar un elemento central en el desarrollo de la cura que si se invisibiliza impide completamente el tratamiento del mismo: “la creatividad”, pero no soy el único que ha visto esto…

En 1987 se desarrolló un estudio que relaciona la creatividad y la enfermedad mental (Andreasen NC Am J Psychiatry. 1987), Andreasen quería relacionar la creatividad con algunas enfermedades mentales y medir la tasa de prevalencia en escritores y sus familias, lo que encontró fue un 80% de escritores con trastorno del estado de ánimo.

Un estudio posterior (Ludwig AM. Am J Psychiatry. 1994) también examinó la creatividad en los escritores. Ludwig examino 59 escritoras que participaron en la Conferencia Nacional de Escritoras que se realiza anualmente en la Universidad de Kentucky y concluyó uyo que el 56% de ellas tenían depresión.

Alonso Fernández asegura que “La propensión de los individuos geniales a desarrollar una enfermedad mental está favorecida por una serie de factores inherentes a su vida, como por ejemplo la lucha contra las normas y la amplia serie de esfuerzos y sacrificios personales implicados en el trabajo creativo y el trato poco comprensivo que recibe de los demás. El propio proceso creativo exige un profundo esfuerzo espiritual, anímico y vital que muchos no son capaces de soportar sin sucumbir en el desequilibrio”, para ampliar esto recomiendo su libro “El talento creador: rasgos y perfiles del genio, escribe”.

Actualmente sabemos que el acto creador es proceso de una regresión a niveles muy primitivos del desarrollo psíquico, que ha sido denominada regresión al servicio del yo (Bellak y Goldsmith (1994) porque se incluye la participación de lo que Freud denominaba sentimiento oceánico (el malestar en la cultura) mientras que otros procesos se desarrollan en paralelo en la superficie de la consciencia racional. Allí está la esencia del acto creativo, que implica sumergirse en el aspecto emotivo y sensible de la experiencia para establecer contacto y reconocer procesos de naturaleza irracional que luego deben tomar forma en momentos posteriores, todo ello debe acontecer en contacto con la realidad externa y más racional del sujeto en donde deben ser ordenados para comunicarlos con otras personas. De allí la importancia de socializar cuando las personas están deprimidas, es que si la depresión implica un descenso ensimismamiento e irracionalidad, la socialización presiona un ascenso y ordenamiento racional de lenguaje para la experiencia.

Artistas muy famosos como Robin Williams, Jim Carrey, Catherine Zeta-Jones o Mel Gibson han hablado públicamente de sus depresiones y es evidente que se trata de personas muy creativas que seguramente encontraban su inspiración en estadios profundos de conexión con los aspectos más irracionales de su ser.  

Desde la organización mundial de la salud se han empeñado en mantener indicadores para una correlación entre indicadores de depresión y suicidio. Resulta evidente que muchos de los suicidas famosos han sido artistas. Por ejemplo, Chester Bennington, vocalista de la banda de rock Linkin Park; Chris Cornell, vocalista de los grupos Soundgarden y Audioslave; Kurt Cobain; Sid Vicious de Sex Pistols; Robin Williams; La diseñadora de modas y novia de Mick Jagger, L'Wren Scott; Kate Spade, la diseñadora de modas; El cineasta Tony Scott; El diseñador de modas Alexander McQueen; La actriz y modelo Lucy Gordon; Michael Hutchence de INXS; y recientemente el Chef Anthony Bourdain.

El profesor Vikram Patel asegura que “Los circuitos cerebrales que son la fuente de la creatividad son los mismos que los de la enfermedad mental” y asegura que ser creativo puede aumentar el riesgo de enfermedad mental, yo prefiero conservar el beneficio que me da la duda y explorar las posibilidades que el acto creativo permiten en el tratamiento de las personas deprimidas. Lo que pasa es que las personas con depresión suelen dejarse influir por el diagnóstico y van disminuyendo paulatinamente el impulso a la actividad lo que generalmente, también, va disminuyendo la creatividad y productividad de estas personas.

El problema radica en que la depresión suele traer consigo un fuerte empobrecimiento de la actividad y la creatividad que se muestra como un enlentecimiento del pensamiento y el lenguaje, esto se ve reflejado en la producción artística de estas personas, por ejemplo, sus producciones plásticas suelen tomar una cierta tonalidad sombría y monótona dando la impresión de un pesimismo lacónico expresado en tonos azules en contraste con formas sombrías y claroscuros muy marcados. El contenido de sus producciones es considerablemente mas oscuro, siendo “la muerte” el tema mas recurrente para sus producciones (catástrofes, apocalipsis bíblicos, dolor, enfermedad, destrucción, y escenarios escatológicos en un sentido teológico).

Y fue allí, en la teología escatológica, de donde logre encontrar elementos suficientes para orientar el tratamiento de las personas que llegaban a mi consulta tan gravemente deprimidas, muchas veces después de intentar todo tipo de tratamientos durante varios años. La pregunta por el futuro, el devenir, por “el destino” que en términos del psicoanálisis es el destino de la pulsión y del cual ya Freud señalo 4 posibilidades: La represión, El trastorno hacia lo contrario, La vuelta hacia la persona propia y la Sublimación que representa el ideal de la producción artística.

De retorno a la escatología teológica, que aborda la cuestión del final de la historia humana y del mundo el pensamiento central de las personas deprimidas cobra un aire escatológico, es decir, gira en torno al final de su propia existencia. Para lo cual debemos asumir que un aspecto primitivo de si mismo esta buscando un lenguaje para nombrar el final de un ciclo en su vida. Pero la modernidad y el derrumbamiento de las estructuras simbólicas que históricamente se ocuparon de “lo ritual” han planteado un escenario de orfandad que dejan al sujeto sin un suelo simbólico solido en que situarse. En la Grecia de Sócrates y Platón, se creía que los sacerdotes, poetas y adivinos se comunicaban con los dioses por medio de una “locura Inspirada” por el “fervor religioso” que les permitía recibir mensajes a través de los sueños.  Ahora sabemos que el sueño es la manifestación del deseo, también que ese deseo tiene un destino y que ese destino se puede tramitar al menos de 4 formas.  Sócrates a través de Fedro nos muestra ese pensamiento “Si llega como un regalo del cielo, la locura es el canal por el cual recibimos las más grandes bendiciones”, en su discurso sobre la locura nos dice “los hombres de antaño que les dieron su nombre a las cosas no veían ninguna desgracia ni reproche en la locura; de otra manera no la hubieran relacionado con la más noble de las artes: el arte de predecir el futuro, que llamaron el arte maniaco”. En la esencia del pensamiento de nuestros antepasados estaba la idea de que la locura proviene de los dioses y la cordura es más común en los humanos, esta idea llego hasta la edad media en que se consideraba que la genialidad y la inspiración tenían una cierta relación con la enfermedad mental (les recomiendo historia de la locura de Foucault).

Retornando a nuestro tiempo, se ha dicho que desconocemos en precisión los mecanismos cerebrales que producen la creatividad, pero sabemos que las personas con mucha creatividad pueden tener bajos niveles de atención. Lo que parece ser un gran problema para el sistema educativo que se ha convertido en objeto del mercado farmacéutico que diseña drogas a la medida de las necesidades de los agentes que encarnan diferentes estructuras de poder.

El acto creativo es la expresión más pura del psiquismo humano y si lo silenciamos crearemos hordas de personas que les cuesta cada vez más desarrollar el pensamiento crítico.

Quedan otras preguntas:

¿Qué relación hay entre la medicación para el TDAH y la depresión infantil?
¿Cómo abordar pedagógicamente a los niños y niñas diagnosticados con trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDA y TDAH) desde una perspectiva que tenga en cuenta la creatividad y sus posibilidades?

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