En la práctica de
la psicoterapia aparecen fenómenos muy particulares, uno de los que me llama
mucho la atención es cuando los pacientes se dan de alta solos.
Desde mi
experiencia creo que fenómeno se presenta por varios factores, les voy a
nombrar algunos.
- Lo primero
que quiero nombrar, que creo es lo más común tiene que ver con los tiempos
acelerados que habitamos actualmente, y como la publicidad juega con la idea de
que las mejores cosas son instantáneas, rapidas y supuestamente efectivas, en
este caso yo pienso que la psicoterapia es como aprender a hablar otro idioma
(eso se hace mucho más claro en cuando es arteterapia) de suerte que el proceso
fluye al ritmo del trabajo personal, la intensidad de los encuentros y la forma
en que cada paciente se involucra en su propio proceso.
-Luego
está el paciente entra en una fase de sobrecompensación, alcanzada al identificar
algunos algunos complejos inconscientes y el resultado anímico de ese
movimiento (enantiedromia) genera una sensación de bienestar que resulta
suficiente temporalmente. EL riesgo allí es que yo se identifique con esos
complejos, por contaminación o desplazamiento de material psíquico. Esto no es
necesariamente malo, dado que se han alcanzado algunos resultados parciales que
pueden ser muy valiosos.
- Están
también las personas que han llegado a consulta porque presentan algún síntoma incomodo
y encuentran allí su motivo de consulta, es posible que se marche cuando
comprendan el sentido del síntoma y su consciencia pueda asimilar el lenguaje implícito
en ese fenómeno particular del síntoma.
-En otros
casos es que el elevado costo de las psicoterapias hace necesario priorizar
otros gastos e inversiones. Esto juega muy bien con los complejos de
inferioridad que vivimos en un mundo gobernado por el monoteísmo de mercado.
- También
puede pasar, que los pacientes se van cuando se entra en una fase del trabajó terapéutico
en que la des idealización del terapeuta facilita la proyección de elementos en
conflicto y al paciente le es difícil implicarse en los fenómenos que allí aparecen
proyectados. Es más fácil pensar cosas malas de otra persona que confrontarla a
ver que nos encontramos en la conversación. Yo ahora creo que esto pasa con
mucha frecuencia y me doy cuenta de ello cuando las personas que llegan a
consulta me hablan mal de su anterior terapeuta, ofreciendo así material muy
valioso para el proceso en curso.
- En otros
casos, las personalidades implicadas en el proceso no asimilan recursos y/o
dispositivos para desplegar el material que aparece en la consulta. Una ventaja
del trabajo con arteterpia es que hace mucho énfasis en dispositivos y recursos
de materialización.
- Así
mismo he visto ocasiones, en que la fertilidad de la produccion arteterapeutica
es mayor que la capacidad de una persona de elaborar dicho material. Bien puede
ser que la personalidad está tomada por lo que Jung llamo “el complejo creador”
o que el material que emerge de la autoexploración da cuenta de una psique poco
estructurada y entonces es necesario enfocar el trabajo en la psicología del yo
y el fortalecimiento de ese complejo particular.
- Desde
el campo de la psicología de los complejos, lo que comúnmente evidenciamos es
que hay un complejo autónomo reclamando mucha energía, afectos, tiempo, dinero,
y otros recursos psíquicos que obligan al paciente a desistir de su proceso terapéutico
para obedecer este nuevo llamado.
-Además,
puede ocurrir que no logre un buen desarrollo en los procesos mentales,
capacidad de abstracción e introspección necesarios en una psicoterapia profunda…
ahora sabemos que no es el campo más apropiado para mentalidades muy concretas,
sin embargo, es posible desarrollar focos de trabajo que implican procesos
mucho más sencillos y concretos. Igualmente puede ser difícil para quienes se
les dificulta asumir la metáfora y vincularse con los pensamientos no
direccionados propios de la poesía y las artes. Estas personalidades no
necesitan necesariamente captar la complejidad de la estructura de la mente, de
alguna manera parece que intuyen que no hay lenguaje más contundente que las
acciones así que su proceso se desarrollan en función de éstas, aunque les
cuesta trabajo abstraerse y comprender los procesos sutiles que subyacen a esos
fenómenos.
-En lo
que concierne a la clínica del trauma, lo que más he visto son personas que están
interesadas en un trabajo muy particular con algunos procesos particulares que
les resultan traumáticos, una vez abordados los fenómenos y ya libres del
anudamiento emocional que ha causado el evento traumático, la vida continua…
ahora con una nueva energía a su disposición. Ojalá fuera tan simple como lo
estoy nombrando, porque tras las imágenes del trauma se oculta la influencia de
los complejos primarios y de cómo estos constituyen nuestra personalidad.
- También
están los pacientes que buscan un espacio de abreaccion, comúnmente llamado “desahogo”
y sus necesidades en el espacio terapéutico no son de autoexploración y
comprencion sino de movilización energética y descarga, este tipo de personas
suelen abandonar el proceso cuando van adquiriendo estrategias y fortaleciendo
habilidades para el manejo de estrés, las emociones y los pensamientos que
generan conflicto. En estos casos puede ser importante explicar la forma en la
que operan los complejos y como éstos aparecen proyectados en las relaciones
significativas.
- Finalmente,
que esto ya se está alargando… están los pacientes que están viviendo una
crisis de búsqueda de sentido existencial, ellos estarán en terapia mientras
puedan entretejer nuevas aristas del complejo nudo que moviliza sus dinámicas psíquicas
y se marcharan cuando pase la crisis y encuentren las imágenes que estaban
necesitando.
¿Qué otras
razones has encontrado para que los pacientes se den de alta por voluntad
propia?