Explora esto

sábado, 4 de junio de 2022

No querer mirarse y evitar de la psicoterapia.


En la práctica de la psicoterapia aparecen fenómenos muy particulares, uno de los que me llama mucho la atención es cuando los pacientes se dan de alta solos.

Desde mi experiencia creo que fenómeno se presenta por varios factores, les voy a nombrar algunos.

- Lo primero que quiero nombrar, que creo es lo más común tiene que ver con los tiempos acelerados que habitamos actualmente, y como la publicidad juega con la idea de que las mejores cosas son instantáneas, rapidas y supuestamente efectivas, en este caso yo pienso que la psicoterapia es como aprender a hablar otro idioma (eso se hace mucho más claro en cuando es arteterapia) de suerte que el proceso fluye al ritmo del trabajo personal, la intensidad de los encuentros y la forma en que cada paciente se involucra en su propio proceso.

 -Luego está el paciente entra en una fase de sobrecompensación, alcanzada al identificar algunos algunos complejos inconscientes y el resultado anímico de ese movimiento (enantiedromia) genera una sensación de bienestar que resulta suficiente temporalmente. EL riesgo allí es que yo se identifique con esos complejos, por contaminación o desplazamiento de material psíquico. Esto no es necesariamente malo, dado que se han alcanzado algunos resultados parciales que pueden ser muy valiosos.

 - Están también las personas que han llegado a consulta porque presentan algún síntoma incomodo y encuentran allí su motivo de consulta, es posible que se marche cuando comprendan el sentido del síntoma y su consciencia pueda asimilar el lenguaje implícito en ese fenómeno particular del síntoma.  

 -En otros casos es que el elevado costo de las psicoterapias hace necesario priorizar otros gastos e inversiones. Esto juega muy bien con los complejos de inferioridad que vivimos en un mundo gobernado por el monoteísmo de mercado.

 - También puede pasar, que los pacientes se van cuando se entra en una fase del trabajó terapéutico en que la des idealización del terapeuta facilita la proyección de elementos en conflicto y al paciente le es difícil implicarse en los fenómenos que allí aparecen proyectados. Es más fácil pensar cosas malas de otra persona que confrontarla a ver que nos encontramos en la conversación. Yo ahora creo que esto pasa con mucha frecuencia y me doy cuenta de ello cuando las personas que llegan a consulta me hablan mal de su anterior terapeuta, ofreciendo así material muy valioso para el proceso en curso.

 - En otros casos, las personalidades implicadas en el proceso no asimilan recursos y/o dispositivos para desplegar el material que aparece en la consulta. Una ventaja del trabajo con arteterpia es que hace mucho énfasis en dispositivos y recursos de materialización.

 - Así mismo he visto ocasiones, en que la fertilidad de la produccion arteterapeutica es mayor que la capacidad de una persona de elaborar dicho material. Bien puede ser que la personalidad está tomada por lo que Jung llamo “el complejo creador” o que el material que emerge de la autoexploración da cuenta de una psique poco estructurada y entonces es necesario enfocar el trabajo en la psicología del yo y el fortalecimiento de ese complejo particular.

 - Desde el campo de la psicología de los complejos, lo que comúnmente evidenciamos es que hay un complejo autónomo reclamando mucha energía, afectos, tiempo, dinero, y otros recursos psíquicos que obligan al paciente a desistir de su proceso terapéutico para obedecer este nuevo llamado.

 -Además, puede ocurrir que no logre un buen desarrollo en los procesos mentales, capacidad de abstracción e introspección necesarios en una psicoterapia profunda… ahora sabemos que no es el campo más apropiado para mentalidades muy concretas, sin embargo, es posible desarrollar focos de trabajo que implican procesos mucho más sencillos y concretos. Igualmente puede ser difícil para quienes se les dificulta asumir la metáfora y vincularse con los pensamientos no direccionados propios de la poesía y las artes. Estas personalidades no necesitan necesariamente captar la complejidad de la estructura de la mente, de alguna manera parece que intuyen que no hay lenguaje más contundente que las acciones así que su proceso se desarrollan en función de éstas, aunque les cuesta trabajo abstraerse y comprender los procesos sutiles que subyacen a esos fenómenos.  

 -En lo que concierne a la clínica del trauma, lo que más he visto son personas que están interesadas en un trabajo muy particular con algunos procesos particulares que les resultan traumáticos, una vez abordados los fenómenos y ya libres del anudamiento emocional que ha causado el evento traumático, la vida continua… ahora con una nueva energía a su disposición. Ojalá fuera tan simple como lo estoy nombrando, porque tras las imágenes del trauma se oculta la influencia de los complejos primarios y de cómo estos constituyen nuestra personalidad.

 - También están los pacientes que buscan un espacio de abreaccion, comúnmente llamado “desahogo” y sus necesidades en el espacio terapéutico no son de autoexploración y comprencion sino de movilización energética y descarga, este tipo de personas suelen abandonar el proceso cuando van adquiriendo estrategias y fortaleciendo habilidades para el manejo de estrés, las emociones y los pensamientos que generan conflicto. En estos casos puede ser importante explicar la forma en la que operan los complejos y como éstos aparecen proyectados en las relaciones significativas.

 -  Finalmente, que esto ya se está alargando… están los pacientes que están viviendo una crisis de búsqueda de sentido existencial, ellos estarán en terapia mientras puedan entretejer nuevas aristas del complejo nudo que moviliza sus dinámicas psíquicas y se marcharan cuando pase la crisis y encuentren las imágenes que estaban necesitando.

 ¿Qué otras razones has encontrado para que los pacientes se den de alta por voluntad propia?


No hay comentarios:

Publicar un comentario